lunes, 30 de junio de 2008

El Baúl Rojo

Por Patricia Chacón.
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Quizás más allá del horizonte donde la nada no es nada, donde el viento no existe pero quema, donde la vida no sangra, sino que vive con intensidad la verdadera razón de su existencia…, habitan los famosos recuerdos, aquellas cosas olvidadas y rodeadas por el polvo, que ya no es polvo sino arena.


Cada vez que mi memoria relega aquellas cosas importantes que le han dado valor a mi alma y a mi mente, me dirijo donde el agua no moja, allá donde los recuerdos le dan a mi vida una gota de vida.

Ese baúl rojo lleno de amor, de angustias, de palabras que corren, de besos, de abrazos, de soles y de lunas, es aquí donde el amor es puro, donde este se desprende de su mente y le entrega al alma su silencio, un silencio que quiebra y eriza cada uno de mis músculos y diminutos huesos.


Ahí te veo, veo todas aquellas cosas que un día escribiste, y que aún continuas escribiendo y haciendo para mí. Ahora nos encontramos solos como al principio (¿te acuerdas cuando nos conocimos?), con la diferencia que estamos sentados en aquella silla de madera que tus manos construyeron, nos contemplamos como tantas veces lo hemos hecho, me miras, te miro…, de pronto la belleza ya no existe, mis senos caídos, tú bastón, nuestros cuerpos desiertos, nuestros cabellos blancos junto a la chimenea, me abrazas y recuerdo todas estas noches, donde tú calor ha irradiado mi cuerpo y lo han apartado del frió infierno de la soledad; hoy solo nos quedan dos cosas un hermoso camino recorrido, y toda una vida por delante que nos aguarda, aquellas cosas por las que luchamos a diario y que hasta hora empezamos a vivir. Aquí tal vez empieza el infinito, cuando nuestros sueños se unen con nuestros recuerdos.


Solo han transcurrido 28.800 milisegundos desde el momento en el que aquel pequeño baúl rojo se abrió, ahí se encuentran mis deseos, lo que Amo y lo que anhelo. Al final del tiempo solo quedaremos nosotros, nuestros recuerdos y aquellas ideas que tú no quieres que mueran nunca, y que deseamos que nuestros descendientes proclamen en sus siguientes generaciones.


sábado, 28 de junio de 2008

¡El gobierno no es Responsable!

Tomado del Bog Colombia Hoy

Por: Lilí Marlén


Resulta cruelmente estúpido aceptar que los pueblos se condenen a sí mismos a repetir, una y otra vez, los mismos tipos de gobierno, con las mismas ideas que producen irresponsablemente las mismas consecuencias miserables para el espinazo de los pobres. Y la sociedad considera, - ¡siempre considera!- que el gobierno no es el responsable.

Aceptamos que los políticos asuman los cargos de mayor responsabilidad y no les exigimos que rindan cuentas por las obligaciones de su cargo y ellos manifiestan autoridad que les otorgamos con tal arrogancia que descalifican a sus opositores como si la autoridad que ejercen sobre el país les viniera del derecho natural. ¿Por qué culpar al gobierno? El gobierno no es responsable.

Una complicidad tácita o expresa se afinca entonces en la mente de las gentes cuando consideran que de todos los males previsibles, nuestros gobiernos no son responsables. El desplazamiento de pueblos enteros, el déficit alimentario, las tragedias por la explosión anunciada de volcanes, los derrumbes y las inundaciones crónicas y cuyos desmadres sufrimos siempre los mismos sin que aquí haya alguien responsable. Todos los gobiernos encontraron la situación así y tal cual la transmiten al sucesor.

La "democracia" colombiana elige hombres unos más autoritarios que los otros, a veces hasta de corazón violento pero con un poder casi omnímodo y luego les deja las manos libres como si al elegirlos les diera un cheque en blanco para que ellos lo llenen y usen a su antojo. Modifican la Constitución, la suspenden, la violan o la amañan pero nunca en interés del pueblo. Y aquí nadie es responsable. Usan y abusan de la producción de decretos en cadena lo que desdibuja el espíritu de la democracia. Encubren o alcahuetean a quienes atropellan los sectores rurales y populares. Condecoran a los "pacificadores" artífices de la violencia. Y aquí nadie sabe nada y nadie es responsable.

Se hacen elegir y reelegir sin miramientos éticos y saltándose a la torera las interdicciones del código penal. Se entregan entre sí embajadas y otros cargos a cambio de apoyos y votos pocas veces honorables. Pagan cabildeos para vender el país en almoneda y para asegurarse de sus resultados, destruyen los derechos penosamente adquiridos por las clases trabajadoras, a quienes nadie defiende. La culpa no es del gobierno, éste no es responsable.

Mientras tanto, conceden beneficios fiscales a los afortunados o a las multinacionales que pagan salarios indignos y constriñen el derecho sindical. ¿Cómo puede ser responsable el gobierno de tal situación?. Dichas multinacionales tienen tantos derechos y libertades que hasta avergüenzan a las gentes de los países de origen y es de allí muchas veces de donde vienen los cuestionamientos porque aquí nadie es responsable.

Dejan la solución de los conflictos por causa de la tierra, en manos de un ejército genocida, como es el nuestro, acostumbrado a tirar contra su propio pueblo. El gobierno luego los encubre pero no se hace responsable.

Existe en buena parte de la población, donde hay tanto ignorante y empapado de alcohol, la creencia de que cuando el gobernante va a entregarle la limosna por la condescendiente caridad cristiana del elegido, ése si que es buen presidente porque piensa en ellos y ¡que mi dios se lo pague!. El pueblo no tiene conciencia de que le asiste el derecho a formar parte de la vida nacional, que es su deber hacerlo no sólo por el bien de los suyos sino también por el de la democracia. Ignora que vender el voto es el látigo que lo condena porque son justamente esos que compran los que explotan su miseria siendo interés de los compradores mantenerlo en la ignorancia.

Las leyes represivas han sido la respuesta más expedita para sofocar las frustraciones y evitar la búsqueda de soluciones a tantos males crónicos que se han venido acumulando con el paso de los años y de los gobiernos irresponsables que se apoyan en el ejército para que los resuelva a su manera.

Faltan acueductos, la miseria del cuerpo y del alma se acumula en los cinturones que rodean las ciudades y pueblos. Al campesino se le excluye de la creación de la riqueza. Es patente la falta de una Seguridad social para todos – de viviendas dignas, el trabajador pervive y se humilla para conservar o conseguir empleo. Para resumir: carecemos de todo cuanto debe proporcionar un Estado de derecho.

Nuestros gobernantes siempre han privilegiado el Estado de las Armas, el de la fuerza bruta y el que protesta se transforma en el enemigo interno. Por eso no faltan leyes de la defensa nacional ni leyes Heroicas ni pactos interamericanos ni estatutos de seguridad ni seguridad democrática, ni planes Colombia, lazo, Patriota etc.…que se chupan la inversión social pero aseguran que el crecimiento económico se quede entre los ricos. Esas leyes están dictadas por Washington, redactadas en inglés y traducidas al español para que el mandatario colombiano ponga la firma. Lo único cierto en ellas es que, para nosotros, no son más que entregas de soberanía y cuchillo para los de abajo. Sin embargo aquí nadie es responsable.

Los militares y paramilitares norteamericanos entran y salen del país sin que ningún funcionario del Estado tenga el derecho de controlarlos, ni sus aeronaves ni sus alijos. Tienen protección de la embajada y sólo responden por sus actos, cualquiera que sea, directamente ante el Pentágono y el Departamento de Estado, tanto ellos como los asesores militares y las empresas de la guerra e inteligencia instaladas en el territorio. Ningún colombiano, ningún magistrado, ningún congresista sabe en realidad cuántos son, cuánto se quedan y que se llevan.

Somos tan dependientes que para que en este país se proteja a los sindicalistas o a los defensores de los derechos humanos es preciso ir a poner la queja en Washington. De no hacerlo no la escucharían en Colombia.

Aquí nadie es responsable porque carecemos de conciencia ciudadana porque aquí cada cual va a lo suyo -, a su puesto, a su casa -y si yo estoy mejor es que en el país todo está mejor y si las cosas salen mal la culpa no es del gobierno.

jueves, 26 de junio de 2008

Lo Que Natura Da Salamanca Lo Incrementa

Por Estella Bogoya.
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Transcurría el año 1998. Una pequeña escuela envuelta en la neblina del páramo, llamada “ La esperanza del mañana” ubicada a media hora en carro por una carretera destapada, del municipio “Acogedor y tranquilo”, 2 horas a pie saliendo del casco urbano, a buen paso ya que la mayor parte del trayecto era empinado. A la escuela llegaban los niños del campo de las veredas aledañas. Llamaba mucho la atención, los hermanitos Sánchez, que para llegar a estudiar debían caminar 2 horas desde su vivienda carente de agua y energía eléctrica; debían salir a las 4 de la mañana a traer agua del pozo cercano y leña para alimentar el fogón; luego de tomar su desayuno atravesaban valles donde se enterraban hasta la altura de la rodilla, por tal razón llevaban botas y sus zapatos lustrados en una bolsa para cambiarse al llegar a la escuela. Siempre sobresalían por su limpieza y pulcritud en el porte de su uniforme, se destacaban por sus buenos modales, respeto a sus compañeros y profesores; Yeimy la más habladora era la mensajera de las notas positivas a sus padres.

Con mucho esfuerzo lograron culminar su bachillerato, y gracias a una carrera técnica lograda por una beca de esfuerzo personal, hoy son personas de bien con hogares cimentados en el respeto y la constancia.

martes, 24 de junio de 2008

En el Infierno de la Guerra

Tomado del Diario El Tiempo

En el infierno de la guerra estuvo cinco días un equipo periodístico de EL TIEMPO

Jojoy está "jodido por la diabetes", dice desmovilizada""Los rafagazos se apagaron y quedé frente a frente con el soldado... el que primero disparara tenía la vida ganada y yo sabía que el dedo de él estaba más pegado del gatillo que el mío...". 'Doris' me relata la historia mientras besa y aprieta contra su pecho el brasier que tenía puesto ese día. Ahora es su amuleto.

Era la mañana del 28 de mayo. La brigada Móvil 1 copó el grupo de guerrilleros donde estaba ella y con el rabo del ojo vio caer muerto a su compañero. Reaccionó instintivamente: se arrodilló, botó el fusil y pidió que no la mataran. Su guerra había terminado.

El viernes en la mañana, dos días después, la vi descender de un helicóptero Black Hawk, con su sudadera negra, un cuerpo atlético envidiable y las marcas de los combates de los últimos 5 años.

Es una niña de 17 años enfundada en un cuerpo de mujer que se desarrolló por las largas caminatas, las dos arrobas que se echaba al hombro y los 7 maridos que tuvo en la guerrilla. "En las Farc tenemos tres estados para las relaciones con alguien: el 'novio' solo es para besitos; el 'mozo' es para tener relaciones los miércoles y los domingos, y el 'socio' es con el que se duerme todas las noches".

El relato lo cuenta como una anécdota más. Le digo que si no le da miedo morirse y me responde que es a lo que menos le teme. Entonces, ¿a qué le temen ustedes? Sonríe y me responde contundente: "a la palabra Fudra y al 'papá de los hombres'. -Quién es ese, le pregunto-. El Arpía. A ese helicóptero sí que le tenemos miedo, él es el dios, el papá de los hombres".

Después de la explicación entra en confianza y me cuenta que el sobrino del 'Mono Jojoy', alias 'Chepe', se voló de las Farc hace seis meses con la plata de tres caletas; que para subir la comida a los campamentos se demoran hasta 20 días y que la diabetes tiene "jodido" al comandante del bloque Oriental.

"Mire, también le regalo unos calzones por si los necesita". Y me entrega una de las últimas dotaciones que le dieron en las Farc. Son unas tangas negras de licra con un top.

Ente Avemarías y fusiles viven los militares Mientras charlamos, empieza otra jornada de guerra en medio del frío y el viento de la base de la Fuerza de Despliegue Rápido (Fudra) en la que nos encontramos.

Los avemarías se enredan en el ruido de los rotores. Se los llevan las aspas de los helicópteros. Mientras el padre Alfonso García, capellán de la Fudra, reza el rosario con 20 soldados, los pilotos salen hacia lo desconocido a ubicar una caleta con explosivos.Son las 7:10 de la noche del viernes 30 de mayo. Pese al agite, el rezo no se interrumpe.

Cada uno está aferrado a su fusil Galil y mientras responden a los misterios dolorosos, algunos sacan de entre el camuflado los escapularios y los besan. Tal vez pidiendo por sus familias y su regreso, vivos, del campo de combate. El sábado en la mañana salen para el área a reforzar la operación contra las Farc.

Dos horas antes, el reportero gráfico y yo hicimos la fila para recibir en una ollita de aluminio la comida. Ese día nos dieron arroz, pasta, atún y un jarro lleno con fresco Royal de naranja.

La guerra en carne viva El radio empieza a sonar. Hay mal tiempo y un capitán que está en el área avisa afanosamente que detectaron un grupo grande de guerrilleros.

El comandante de la Fudra, general Javier Flórez se pega al radio y pide apoyo. El rosario termina y los periodistas buscamos una esquina, para no estorbar.

El general Flórez camina de un lado a otro. Al parecer la situación es difícil y el ambiente se llena de zozobra. Este hombre, que la mayor parte de su carrera la ha pasado combatiendo, se devora, literalmente, un paquete de cigarrillos y por lo menos 10 tintos en una hora.

La espera se prolonga toda la noche. Mi cambuche es una carpa, que se convierte en nuestro 'centro logístico' para escribir las historias y revisar las fotos. Hasta allí se acercan oficiales y soldados queriendo ver su día a día congelado en las imágenes. Las minas antipersona, un drama constante La mayoría nunca había compartido su trabajo de guerra con periodistas, después supieron que el de nosotros se parecía en algo, cuando no podíamos mandar las fotos para la edición del domingo.

Las minas, el drama constante de la guerra La charla con el coronel Carlos Rojas, comandante de la Brigada Móvil 1, -que parece un aguerrido soldado profesional-, es interrumpida por el llamado del radio.

Le informan que mientras en un cerro un sargento se retuerce del dolor, al parecer por apendicitis, en otro punto un soldado pisó una mina. La tensión regresa y los pilotos de la Fuerza Aérea y el Ejército, empiezan a planear el rescate. Nuevamente, el fotógrafo y yo nos confundimos entre el agite de comandantes, soldados y pilotos. Abren el mapa, ubican la zona y se van.

Una hora y 30 después regresan. El joven ya va rumbo a Bogotá, vivo, pero sin su pierna izquierda. No alcanzan a pasar 10 minutos después del aterrizaje cuando entra un nuevo llamado. Otro soldado pisó una mina.

El mismo alboroto, los pilotos corren, los comandantes dan ánimo al teniente de la patrulla por radio, el coronel Rojas se coge la cabeza, el general Flórez fuma, los soldados se aferran a sus escapularios...

20 minutos más. El helicóptero aterriza. Todos corremos hacia él, ahí viene el soldado. Resulta imposible no llorar ante la escena. Es un jovencito que al ver a su comandante abrazándolo, se desgrana en gritos de dolor y llanto. "Mi coronel, no le diga nada a mi mamá". Él lo agarra nuevamente de la cara, como si fuera un hijo, y le da la señal al piloto para que despegue. Hay silencio. Los rostros lo dicen todo.

Una cuarta larga noche. En una pequeña carpa, contigua a la mía, el comandante de la Omega, general Alejandro Navas, quien llegó después de la evacuación del soldado, les habla a sus hombres de la importancia de mantener la moral.

Y yo me preguntaba qué moral tenía yo después de un día tan agitado. La respuesta me la dio un grupo de combatientes, altos y fornidos, convencidos de lo que hacen. Son los encargados de desembarcar en medio de la selva, por sogas, luego de que los aviones bombardean la espesura de la selva.

Uno de ellos siempre se queda en el helicóptero viendo el descenso de sus compañeros, con la ingrata y drástica misión de cortar las cuerdas que los sujetan si la guerrilla ataca la nave. "A mi lo único que me preocupa es pisar una mina, porque como soy tan rumbero, entonces ¿con qué voy a bailar si quedo mochito?".

Con esa frase nos despidió. Sus amplias sonrisas, aún en medio de la guerra, quedaron inmortalizadas en las fotos y el video. Se internaron en la selva. No sabemos si volverán.

19 militares han quedado mutilados por acción de las minas, durante el desarrollo de la operación Filipo, entre abril y mayo de este año.

Jineth Bedoya Limaenviada Especial, Sur Del Meta

domingo, 22 de junio de 2008

Miranda I

Por Estella Bogoya.
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Miranda, se apeaba de su caballo frente a la escuela “CIUDADANOS DEL FUTURO”, como todos los días, desde que su madre doña Marina la había matriculado en el mes de enero para cursar el grado sexto. Vivía a media hora de la escuela en una hondonada donde se cultivaba: mora, lulo, guayaba, papa y arveja; junto con sus padres y hermanos mayores Pedro y Juan; que hicieron hasta quinto de primaria y prefirieron trabajar la tierra a continuar sus estudios. Iniciaba muy animosa su jornada escolar motivada por el deseo de salir adelante, de culminar sus estudios de bachillerato y ser médica, soñaba con pronto salir del pueblo en busca de un futuro más próspero, para ella y su familia. Alternaba las labores del campo con el desarrollo de cálculos matemáticos, ubicaciones geográficas y líneas de tiempo en historia. Se sentía contenta, agradecida con su familia, docentes y el todopoderoso por la oportunidad de ser cada día mejor. Pero, sucedió lo previsible. Marcos, el vecino de la finca siguiente, la seguía en todo momento desde el amanecer hasta el ocaso, no ocultaba su gran admiración por tan diligente y hermosa vecina. Un día, llegó Marcos apeándose de su caballo azabache a la entrada de la finca de Miranda, lo recibieron Niki, Tony y Sultán, latiendo tan estrepitosamente que doña Marina salió de inmediato para ver el motivo de tanto alboroto. Marcos se presento como su vecino y se puso a las órdenes de doña Marina para lo que se le ofreciera; en adelante sus visitas se hicieron frecuentes, buscaba cualquier excusa para ver a Miranda, quien muy recatada y tímida se escondía al escuchar la voz de su insistente vecino, hasta que la insistencia de Marcos logro sus frutos, en un día espléndido de verano llegó Marcos a la entrada de la finca de Miranda, quien salió corriendo a callar los fieles cuidanderos, que no cesaban de latir; sus miradas se cruzaron expectantes, Marcos la saludo tendiéndole la mano y presentándose como su vecino y fiel admirador. A partir de éste iniciaron una amistad muy bonita. Marcos no estudiaba, y Miranda lo inspiró para que continuara sus estudios: se ayudaban con los ejercicios de matemáticas, las consultas de sociales y los experimentos de biología.


Una tarde, al salir de la escuela Marcos no aguantó más y le declaró su amor a Miranda, quien sorprendida gratamente le dio el sí bajo las ramas de la Ceiba, que decían los vecinos, contaba con más de cien años. Hacían una pareja muy bonita, los compañeros suspiraban ante el amor que irradiaban.


Continuará…

viernes, 20 de junio de 2008

El Flautista de Hamelin

Es increíble como éstos cuentos de los Los Hermanos Grimm continúan siendo vigentes y entreteniendo no sólo a los niños sino a los adultos.



Hace mucho, muchísimo tiempo, en la próspera ciudad de Hamelín, sucedió algo muy extraño: una mañana, cuando sus gordos y satisfechos habitantes salieron de sus casas, encontraron las calles invadidas por miles de ratones que merodeaban por todas partes, devorando, insaciables, el grano de sus repletos graneros y la comida de sus bien provistas despensas.

Nadie acertaba a comprender la causa de tal invasión, y lo que era aún peor, nadie sabía qué hacer para acabar con tan inquietante plaga.

Por más que pretendían exterminarlos o, al menos, ahuyentarlos, tal parecía que cada vez acudían más y más ratones a la ciudad. Tal era la cantidad de ratones que, día tras día, se enseñoreaba de las calles y de las casas, que hasta los mismos gatos huían asustados.

Ante la gravedad de la situación, los prohombres de la ciudad, que veían peligrar sus riquezas por la voracidad de los ratones, convocaron al Consejo y dijeron: "Daremos cien monedas de oro a quien nos libre de los ratones".

Al poco se presentó ante ellos un flautista taciturno, alto y desgarbado, a quien nadie había visto antes, y les dijo: "La recompensa será mía. Esta noche no quedará ni un sólo ratón en Hamelín".

Dicho esto, comenzó a pasear por las calles y, mientras paseaba, tocaba con su flauta una maravillosa melodía que encantaba a los ratones, quienes saliendo de sus escondrijos seguían embelesados los pasos del flautista que tocaba incansable su flauta.

Y así, caminando y tocando, los llevó a un lugar muy lejano, tanto que desde allí ni siquiera se veían las murallas de la ciudad.

Por aquel lugar pasaba un caudaloso río donde, al intentar cruzarlo para seguir al flautista, todos los ratones perecieron ahogados.

Los hamelineses, al verse al fin libres de las voraces tropas de ratones, respiraron aliviados. Ya tranquilos y satisfechos, volvieron a sus prósperos negocios, y tan contentos estaban que organizaron una gran fiesta para celebrar el feliz desenlace, comiendo excelentes viandas y bailando hasta muy entrada la noche.

A la mañana siguiente, el flautista se presentó ante el Consejo y reclamó a los prohombres de la ciudad las cien monedas de oro prometidas como recompensa. Pero éstos, liberados ya de su problema y cegados por su avaricia, le contestaron: "¡Vete de nuestra ciudad!, ¿o acaso crees que te pagaremos tanto oro por tan poca cosa como tocar la flauta?".

Y dicho esto, los orondos prohombres del Consejo de Hamelín le volvieron la espalda profiriendo grandes carcajadas.

Furioso por la avaricia y la ingratitud de los hamelineses, el flautista, al igual que hiciera el día anterior, tocó una dulcísima melodía una y otra vez, insistentemente.

Pero esta vez no eran los ratones quienes le seguían, sino los niños de la ciudad quienes, arrebatados por aquel sonido maravilloso, iban tras los pasos del extraño músico.

Cogidos de la mano y sonrientes, formaban una gran hilera, sorda a los ruegos y gritos de sus padres que en vano, entre sollozos de desesperación, intentaban impedir que siguieran al flautista.

Nada lograron y el flautista se los llevó lejos, muy lejos, tan lejos que nadie supo a dónde, y los niños, al igual que los ratones, nunca jamás volvieron.

En la ciudad sólo quedaron sus opulentos habitantes y sus bien repletos graneros y bien provistas despensas, protegidas por sus sólidas murallas y un inmenso manto de silencio y tristeza.

Y esto fue lo que sucedió hace muchos, muchos años, en esta desierta y vacía ciudad de Hamelín, donde, por más que busquéis, nunca encontraréis ni un ratón ni un niño.

FIN

martes, 17 de junio de 2008

Video: Falta de Educación

Por Etoile.
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sábado, 14 de junio de 2008

Gobierno Incumple Acuerdos Frente a la Masacre del Nilo

Tomado de Colombia Hoy
28 de Mayo de 2008

El 16 de diciembre de 1991 fue realizada la masacre del Nilo contra el pueblo Nasa (paeces) del Norte del Departamento del Cauca. Masacre cometida con la complicidad de algunos políticos de la región, terratenientes, narcotraficantes y asesinos a sueldo y con la participación de la fuerza pública. Fueron asesinados 20 compañeras y compañeros entre jóvenes, niños y adultos. Todos indefensos. Masacrados por reclamar un espacio para poder sobrevivir.

Entre el 21 de Diciembre de 1991, 5 días después de cometida la masacre y el 13 de Septiembre de 2005, se celebraron 13 Acuerdos en los que el Estado Colombiano, a través de diferentes instancias y Gobiernos se compromete con reparar de manera individual y colectiva a las víctimas y al pueblo Nasa del Norte del Cauca. Estos acuerdos incluyen la resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) contenida en el informe de esta entidad fechado el 13 de Abril de 2000 en el que recomienda al Estado cumplir con los compromisos relativos a esta reparación integral. Es importante recordar que nos fue necesario recurrir a la CIDH una vez agotadas todas las instancias Nacionales sin poder lograr justicia y ante el asesinato de abogados, jueces y testigos.

El Estado Colombiano reconoció internacionalmente su responsabilidad por la Masacre del Nilo y se comprometió a cumplir con las recomendaciones de la CIDH, en materia de Justicia, Reparación Individual y Colectiva. El propio Presidente Ernesto Samper pidió perdón públicamente a nombre del Estado Colombiano a las victimas de esta masacre, a sus familiares y al pueblo Nasa.

La reparación individual consiste en la indemnización a los familiares de las víctimas y la colectiva en adquirir 15.663 hectáreas y el apoyo al Plan de Vida para disminuir el 78% de necesidades básicas insatisfechas, además de programas de desarrollo económico y social coherentes con la autodeterminación del pueblo Nasa.

El actual Gobierno se comprometió el 13 de Septiembre de 2005 a través del último acuerdo, a dar cumplimiento a todas las obligaciones pendientes en un plazo máximo de dos años. Hoy, 19 de Mayo de 2008, no ha cumplido. Además de dilatar con maniobras administrativas y trámites burocráticos, el Gobierno ha desinformado a la opinión pública manifestando contra toda evidencia haber cumplido y ha puesto en marcha estrategias para generar conflicto entre comunidades indígenas, afro colombianas y campesinas que utiliza como excusa para no cumplir con sus obligaciones. Peor aun, ha promulgado el Estatuto Rural y tomado otras medidas administrativas que, de hecho, invalidan los acuerdos y compromisos adquiridos. Ha lanzado una campaña de difamación y propaganda contra los pueblos indígenas para negarnos el derecho a la reparación y a nuestros territorios. Finalmente el 15 de Marzo de 2008, durante un Consejo Comunitario en Popayán, el Presidente Uribe ofrece recompensas por los indígenas que realicen acciones de hecho para hacer cumplir los acuerdos y compromisos. Mientras actúa de esta manera contra el pueblo Nasa, concede derechos territoriales a multinacionales a paramilitares y terratenientes.

Hoy cerca de 18 años después de la masacre no se ha cumplido con la indemnización a los familiares de las víctimas, no se ha terminado de adquirir las 15.663 hectáreas y no ha iniciado el apoyo al plan de vida que permita resolver NBI en el marco de autodeterminación, según artículos constitucionales y convenios internacionales. Lo más grave es que no se ha judicializado y se protege a los responsables de la masacre.

Lo que ha sucedido es todo lo contrario de lo acordado. Por ejemplo: la masacre del Naya con más de 100 víctimas en el año 2001, la masacre de 13 indígenas en la vereda Gualanday municipio de Corinto en el año 2001, la masacre de 7 indígenas en la vereda San Pedro municipio de Santander de Quilichao en el 2001. Han sido asesinados tres indígenas a partir de la firma del último acuerdo durante acciones de la Fuerza Pública para reprimir movilizaciones reclamando el cumplimiento de estos acuerdos. Han ocurrido un gran número de desapariciones forzadas, asesinatos selectivos, desplazamientos. Todos estos hechos criminales han ocurrido dentro del área donde debía realizarse la reparación integral al pueblo Nasa del Norte del Departamento del Cauca, historia que se repite tristemente a lo largo y ancho del territorio Colombiano.

Hemos persistido más allá de todos los límites razonables y justos, con enorme paciencia, en buscar salidas prácticas a los acuerdos y en encontrar alternativas viables. La actitud de los delegados del Gobierno que hemos constatado en estas reuniones es siempre la misma: dilatar, prometer y no dar pasos concretos para cumplir. No existe, a la fecha un estudio serio, técnicamente elaborado para realizar un plan operativo integral en función del cumplimiento de las recomendaciones de la CIDH lo que impide una efectiva apropiación presupuestal para la realización de la reparación integral frente al daño causado por la masacre del Nilo. En el ámbito local de los municipios del Norte del Cauca, una vez se identificaron predios apropiados para dar cumplimiento a las obligaciones adquiridas, se desarrollan toda clase de estratagemas y excusas para impedir su compra. Estas van desde amenazas a los propietarios que deciden vender, presentación de objeciones argumentando que estos predios son de interés de campesinos y afro descendientes hasta la creación de impedimentos basados en los Planes de Ordenamiento Territorial y megaproyectos de interés de multinacionales con presencia en la zona. Contrario a la evidencia de los hechos, los funcionarios delegados insisten en manifestar la voluntad política del gobierno de cumplir. Mientras tanto, al más alto nivel se expresa como política de Estado la decisión de no cumplir, de no entregar "un sólo centímetro mas de tierra a los indígenas" y de proteger terratenientes, paramilitares y megaproyectos. Desarrollan además una campaña destinada estigmatizar la organización indígena acusándonos de terroristas y aliados de la guerrilla.

El gobierno tiene como política los proyectos de las transnacionales ya que mientras incumple con las comunidades, aprueba leyes que les facilitan la apropiación de recursos de la naturaleza y estas ingresan a nuestro territorio respaldadas por la fuerza pública, a la vez que llegan paramilitares denominados las águilas negras. Hay quienes instigan a campesinos y afro descendientes a ocupar predios indígenas para fomentar un conflicto entre despojados que encubra la intención de incumplimiento por parte del Estado.

El Gobierno de Colombia viene implementando la Fase II del Plan Colombia en nuestro territorio, desarrolla una política Nacional de despojo territorial al servicio de intereses privados y ha perdido legitimidad y credibilidad no sólo porque no cumple con la palabra reiteradamente comprometida sino que además esta seriamente cuestionado por sus vínculos criminales.

En este contexto, las autoridades tradicionales responsabilizamos al Gobierno Nacional de lo que le pueda suceder a las comunidades indígenas por causa del incumplimiento de los acuerdos realizados, por no tener compromiso con la reparación integral a las víctimas, por dilatar las negociaciones para beneficiar a las transnacionales negándose a realizar una efectiva reforma agraria que de hecho resolvería el problema de indígenas, campesinos y afro descendientes, por promover el terror, el despojo y la violencia, por engañar a la opinión pública y difamarnos y por implementar planes integrales cuyo objetivo definitivo es destruir nuestros procesos y territorios.

Una Comisión Garante de la que hace parte el Juez Baltasar Garzón del Centro para la Paz de Toledo, ha sido testigo de estos hechos y respalda nuestra verdad.

El Gobierno Colombiano no cumple con los acuerdos adquiridos porque su política va dirigida a ocupar nuestros territorios y destruir nuestro Plan de Vida. Ante esta realidad y como defensores y promotores de la Vida, debemos resistir y llamamos a la humanidad a que nos acompañen en esta lucha desigual. Somos víctimas dignas. Somos defensores del Cxab Wala Kiwe (Territorio del Gran Pueblo). Nuestro proceso es un patrimonio de la Vida y de Toda la Humanidad. La tierra es nuestra Madre y por defenderla y reclamarla debemos decir la verdad y convocar a la resistencia y a la justicia.

JUNTA DIRECTIVA DE AUTORIDADES TRADICIONALES DE LA ASOCIACIÓN DE CABILDOS INDÍGENAS DEL NORTE DEL CAUCA ACIN.
RESGUARDO INDÍGENA DE CANOAS, MUNICIPIO DE SANTANDER DE QUILICHAO CAUCA, MAYO 19 DE 2008.

miércoles, 11 de junio de 2008

A Tí Hijo Mío

Por Humberto Ramos.
Escritor Ambulante de Bogotá
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PIENSA PORQUE…

Si no piensas no podrás sostener tú inteligencia.
Imprecisa su edad, de fuego en sus inicios que al
Enfriar
Dio paso en su evolución al mastodonte y más
Especies de las que haces parte.
¡Piensa! Para que sea la razón la que significado
Y valor a existencia, sin ella la vida se pierde en
Laberintos de ignorancia de milenaria data.
¿Podrías degustar una fruta en su cáscara o un ajiaco
Sin cerebro?
Cómo sabrías que es una camisa, una vara o un yunque
¿sin cerebro? .Sin él nada de lo que es hubiera sido.
Fue el cerebro el que la bautizó roca. Llamó tierra al
Mundo y se invento el ojal para llenarse con botones.
Brota de ella por doquier vital el agua, que envasa
Desmedido el apetito lesionando condiciones.
Piensa hijo mío
Y al hacerlo dale hilo solo dale y dale hilo!!!
Sin contar madejas
Porque una vida sin imaginación
Se pierde en el consumo.

domingo, 8 de junio de 2008

Video: Trabajar en Google

Sencillamente fenomenal, diferente, juvenil, humana, inteligente y en consecuencia exitosa, deseada....Así es Google, más que un buscador...Una verdadera empresa....Pero dirán que se le está haciendo publicidad, pues definitivamente no la necesita la empresa cuyo valor de marca el año pasado superó a Coca Cola, Microsoft y todas las demás...La empresa más deseada de América para trabajar allí...

Pero porqué?

Juzguen ustedes mismos.

jueves, 5 de junio de 2008

¿De dónde viene entonces el 84 por ciento de popularidad?

¿De dónde viene entonces el 84 por ciento de popularidad? No son tantos, sumados, los favorecidos por este gobierno.

Por Antonio Caballero

Abril 26 de 2008

Al cabo de seis años de gobierno, las encuestas muestran que el presidente Álvaro Uribe tiene una popularidad del 84 por ciento, y sigue creciendo. Se impone una pregunta: ¿por qué?

Dejemos de lado el tema de la legitimidad, puesta bajo sospecha por el origen paramilitar y forzoso de un buen tercio de los votos populares del uribismo tanto en la primera como en la segunda elección, y también en el caso de ésta por la turbia componenda de los votos parlamentarios de Yidis y Teodolindo que la hicieron posible. Una ilegitimidad de origen puede verse políticamente compensada y perdonada por el éxito práctico. Pero resulta que más evidente aún que su ilegitimidad de origen es la absoluta falta de éxito de los gobiernos de Uribe en todos los campos imaginables: en lo político, en lo económico, en lo administrativo, en lo moral. Mírese como se mire, salta a la vista que al 84 por ciento de los colombianos no les ha ido bien en este sexenio, y tampoco a Colombia tomada en su conjunto. La pobreza persiste, la violencia no ceja, la corrupción aumenta (aunque no hasta el punto de que puede favorecer a 84 de cada 100 colombianos). Y aumenta también el desempleo, salvo en el rubro de la politiquería: cada político uribista tiene por lo menos un hijo embajador, y hasta a la modesta Yidis le prometieron tres puestos y un consulado (aunque le pusieron conejo). Todo va mal, y va para peor. ¿Por dónde empezar?

Esos funcionarios nombrados por Uribe, de ministro para abajo: ineptos, o dañinos, o en el mejor de los caos inocuos. Al cabo de tres cancilleres sucesivos, de los cuales la primera hablaba inglés, la segunda francés y el tercero no sabe, no contesta, el aislamiento diplomático de Colombia es mayor que nunca en su historia. Rodeada de vecinos hostiles (Venezuela, Nicaragua, Ecuador), sólo le queda la alianza moribunda de los Estados Unidos, que no le ha servido ni siquiera para que sea aprobado el tan anhelado (por Uribe) Tratado de Libre Comercio. Sesenta y tres parlamentarios de los dos partidos y los dos precandidatos presidenciales del partido demócrata critican a Uribe, que los califica de ignorantes, y hasta el embajador de Bush le hace censuras y advertencias. Al cabo de tres ministros de Hacienda sucesivos el crecimiento de la economía colombiana es el más bajo de la región, y el desempleo es el más alto (pese a que crece el río de la emigración, que ya ha llevado a la décima parte de la población del país a buscar trabajo en el extranjero). Con un Ministro de Agricultura recomendado por el presidente Uribe como el líder del futuro el sector agropecuario ha venido hundiéndose, ha expulsado hacia las ciudades a otra décima parte de la población, ha convertido al país, de exportador que era, en importador de alimentos. En el agro sólo crecen los cultivos ilícitos (y tal vez sería cosa de empezar a prohibir y perseguir el maíz, a ver si mejora). Dos ministros de Medio Ambiente, una perjudicial y otro anodino, les han entregado los bosques a las empresas madereras y han fumigado los parques naturales. Un inamovible Ministro de Transporte ha hecho mal todas las licitaciones de obras públicas, ensartando a la Nación en costosos pleitos perdidos, y ha sido incapaz de terminar (o aun de empezar) una carretera o un puerto o un puente o un túnel.

¿La seguridad democrática, tal vez? ¿La defensa, el orden público? Sí. Sin duda es ese aspecto el que más ha hecho por mantener por las nubes la popularidad del presidente Uribe. Una fanfarronada de matón de barrio como fue el bombardeo de un campamento de las Farc en territorio ecuatoriano halagó los más bajos instintos del patrioterismo, y de paso logró un 'positivo cierto' dentro de la catarata de 'falsos positivos' que venía presentando el Ministerio de Defensa: la muerte de uno de los miembros del Secretariado de las Farc. Con un costo diplomático descomunal, resultado de la violación del principio panamericano del respeto de las fronteras. A un costo moral inconmensurable, la mano cortada a cambio de un premio en metálico, se dio de baja a otro miembro del Secretariado. El costo económico de la guerra contra la guerrilla ha sido también considerable: en pie de fuerza, en armamento, en sobornos, en subvenciones para desertores. Y del lado de enfrente ha sido también inmenso, en dinero y en erosión de la justicia, el tratamiento del paramilitarismo, que sigue sin embargo casi intacto. Había doce mil paramilitares, se entregaron cuarenta mil y quedan ocho mil más, cuya violencia sigue.

La salud está en quiebra: cerrados los hospitales, las EPS en manos de los narcoparapolíticos, y al borde de la privatización incluso el Hospital Militar.

¡Ah! Y lo del DAS.

¡Ah! Y lo del primo y los otros sesenta uribistas presos.

Y entre tanto, el Presidente ha conseguido enemistarse casi con todo el mundo en el país. Con los altos tribunales de justicia. Con los estudiantes y los maestros. Con los parientes de los secuestrados. Con los partidos de la oposición. Con los sindicatos. Con la prensa.

¿De dónde viene entonces ese 84 por ciento de popularidad? No son tantos, sumados los favorecidos por este gobierno: delatores recompensados, politiqueros con contrato, empresarios (nacionales y extranjeros) beneficiados por subsidios y exenciones de impuestos y contratos de 'estabilidad jurídica' por los que pactan ventajas tributarias y aduaneras. Serán, echando por copas, unas cien mil personas.

Los demás del 84 por ciento no son uribistas de convicción, sino uribistas de fe. Fe es creer lo que no vemos.

martes, 3 de junio de 2008

La Última y Verdadera Muerte de 'Tirofijo'

Daniel Samper Pizano. Columnista de EL TIEMPO.

Miércoles 28 de mayo de 2008

La historia de 'Tirofijo' es la de una injusticia cuya reivindicación equivocó gravemente el camino. Pedro Antonio Marín fue uno de los miles de campesinos liberales a quienes el poder arrebató sus tierras. Empujado por el despojo, abrazó el camino de las armas, que solo abandonó hace dos meses, al morir. 'Tirofijo' fue fiel a su lucha, y eso habrá que abonárselo. Lo lamentable es que esa lucha constituye un error histórico que al final ayudó a quienes más odiaba, cambió los valores revolucionarios que profesó alguna vez por otros viles e inhumanos y ensangrentó aún más el mapa de este pobre país.

En la larga e inútil matanza se han sacrificado miles de colombianos que habrían podido realizar importantes aportes a una política democrática de izquierda: Camilo Torres, Federico Arango, Julio César Cortés, Jaime Arenas, Armando Cortés, Álvaro Fayad, Carlos Pizarro, en cierto modo Jaime Bateman... y solo menciono a quienes conocí personalmente en tiempos universitarios.

Ahora mismo hay miles de colombianos hundidos en esa guerra sin futuro que, si a algo ha ayudado, es a la política represiva de derecha. Muchos de ellos son soldados: víctimas, la mayoría, de las mismas injusticias sociales y económicas que inspiraron a los guerrilleros para tomar equivocadamente un fusil. Todos son colombianos que, lejos del monte, podrían poner su patriotismo y su voluntad -y aun su rebeldía- al servicio de un cambio pacífico.

Porque, veamos, después de medio siglo de lucha armada, ¿son menos pobres los pobres? No. La violencia ha producido ruina en el campo y cientos de miles de desplazados, mientras la injusticia social sigue viva, a veces oculta por el humo de la pólvora. ¿Son menos ricos los ricos? Ni siquiera. Varios de ellos sonríen desde la lista de Forbes. ¿Ha retrocedido la oligarquía, esas 20 familias de las que hablaba Camilo Torres? Tampoco. Ahora tienen el timón los nietos de aquellos a quienes combatía 'Tirofijo': 'Calibán' lo atacó en sus columnas hace 40 años y ahora uno de sus nietos, convertido en Ministro de Defensa, informa la noticia de su muerte. Acaso, presionado por la guerrilla, ¿es más generoso el Estado con los desvalidos? Al contrario. La seguridad social se volvió un negocio de empresas privadas, el sistema de hospitales públicos está en quiebra y son precarios los contratos laborales, mientras ingentes sumas se destinan a comprar armamentos y sostener un aparato militar cada vez más costoso. ¿Podría decirse que tanta lucha y desgaste permitió a la guerrilla conquistar apoyo popular? No: apenas el 2 por ciento de los colombianos simpatiza con ella.

Es que, como señalé, su existencia ni siquiera favorece a la izquierda democrática, y sí a la derecha. Muchos políticos, empezando por Uribe, son expertos en emplear el coco de la lucha armada para golpear a la izquierda legal. En cambio, hay que ver cómo ha ayudado la guerrilla a la derecha... Se prestó para llevar al poder a un niño bonito de la oligarquía, Andrés Pastrana; ha sido luego la base de la exitosa carrera de Álvaro Uribe, que camina olímpico hacia su tercer mandato; y, como si fuera poco, produjo, como reacción, el nacimiento de la mafia criminal paramilitar y sus nexos con la política tradicional más corrupta.

La enésima muerte de 'Tirofijo' -esta sí la verdadera- debería inspirar a sus compañeros para que corrijan el errado camino de las armas, que solo nos ha dejado dolor y muerte y a menudo sirve de pretexto para consolidar las injusticias que el campesino Pedro Antonio Marín quiso enmendar.

ESQUIRLAS: 1) ¿Conque se "perdieron" los computadores de los paramilitares y nadie renuncia ni a nadie destituyen? 2) Es absurdo que, por una mención accidental concreta, pretenda procesarse como calumnia el análisis genérico sobre el poder en el Cesar que escribió Alfredo Molano.