miércoles, 23 de mayo de 2007

La Universidad Ideal

La verdad, encontré un artículo muy interesante sobre una propuesta de un profesor, de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Católica y de otras Universidades, llamado Luís Alejandro Bernal; el cuál le ha trabajado bastante al software libre.

Tomado de http://www.slcolombia.org/aztlek/Escritos/ViajePorElConocimiento

Esta narración, en clave autobiográfica, es un ficción que explica mi idea de una universidad diferente basada en la libertad, al trabajo por proyectos, al aprendizaje colaborativo, él lúdico, el respeto por las personas y las lógicas de la comunidad de Software Libre.

He de advertir que algunos de los personajes se parecen mucho a los de la vida real y no es pura coincidencia, pero no se deben tomar estos retratos en serio, sólo son usados para expresar un sueño, uno en el cual existe una universidad en la que si se aprende, se investiga y sobre todo, se disfruta.

En este momento estoy sonriendo satisfecho mientras miro el premio Alan Turing encima de mi chimenea. Mi familia y amigos charlan animadamente mientras yo miro la copa de vino que me estoy tomando, en ella se forman las famosas catedrales que se demoran en desaparecer indicando un gran cuerpo y además, los taninos están redondeados haciéndolo agradable y ni hablar de esos aromas exquisitos y que le dan complejidad al vino que ha pasado por madera, uno bueno, de guarda, uno que esperaba pacientemente su turno en la bodega para ser abierto en un momento especial.

Pero no dejo de pensar en la pregunta que me hizo un periodista al salir de la ceremonia de entrega, era por mucho la única inteligente y ahora cuando ya tenía un momento de calma no dejaba de rondarme en la cabeza.

- Doctor, doctor ¿Cómo empezó su viaje por el conocimiento?

No había preguntado lo típico de todos los periodistas, sino algo que enseguida me disparó recuerdos, tantos que no pude responderle.

La Universidad, esa que apenas podía ser llamada como tal por que era tan diferente, como decirlo, no como todas esas instituciones educativas que buscan formar a todos su estudiantes de forma uniforme y sin imaginación. Al contrario, muy al contrario.


Ese día tenía que llegar a las instalaciones de la nueva universidad, era mi última oportunidad de estudiar pues en las otras me habían aburrido con tanta burocracia y clases iguales que insistían en que la computación era administración y se olvidaban por completo del conocimiento técnico y de lo creativo. Había tenido problemas con varios de mis supuestos asesores por que no aceptaban que se podría aprender a programar colaborativamente.

- ¿Cómo se le ocurre? programar no se aprende en grupo, es una actividad totalmente individual.

Yo les contaba como el Software Libre era una experiencia totalmente colaborativa y que el aprendizaje se daba en la zona de desarrollo próximo, como aseguraba Vigotsky, gracias a que las personas de su entorno ayudaban a jalar tal zona. Pero no, no entendían por que nunca habían leído a Vigotsky y tampoco habían participado en un proyecto de Software Libre, era como tratar de describirle a los ciegos de nacimiento como son los colores.

- La programación no es un arte, es un actividad técnica y precisa regida por las leyes de la lógica y que todo el mundo debe hacer de de forma igual - decía otra de mis asesoras pontificando con total seguridad.

- Pero si la programación se escribe, al igual que la literatura y por ello es arte. Hay que recordar el problema de la parada de la máquina de Turing para saber que la programación de computadores no la puede hacer una máquina, es una actividad totalmente humana, por ello creativa y por tanto artística. Hacer que todo el mundo programe igual es coartar la libertad de pensamiento. Es encerrar un pájaro libre en una jaula por que es hermoso. A los pocos días muere - decía yo desesperado por hacerme entender. Pero los ciegos contestaban.

- Si hacemos eso toda la ingeniería se software se vendría el piso. En esta universidad enseñamos así y no cabe réplica o se adapta a la cultura o se va.

Obviamente me fui, no podría adaptarme a una cultura basada en el control, la apropiación y en donde negaban todas las evidencias de trabajo comunitario del Software Libre. Y ahora estaba parado al frente de mi última opción, una universidad pequeña que no tenía mucho tiempo de abierta y que prometía una educación diferente. La miraba y un poco sarcásticamente pensaba:

- La publicidad, ese arte de hacer las mentiras creíbles, seguramente será un sitio como los otros que anuncia con bombos y platillos una nueva educación, pero lo que hacen es seguir las modas que impone el ministerio de educación, que además hace que todas las instituciones sean iguales.

Pero era mi última opción así que entré. Esperaba encontrar un vestíbulo grande como en las otras universidades, custodiado por un perro guardián que hace abrir las maletas y pregunta para donde va. Pero no, lo que vi parecía más bien una mezcla de cafetería, salón de billar, tertuliadero y salón de videojuegos.

Todo parecía estar dividido en ambientes, cada uno tenía su personalidad, algunos parecían salas de una casa, otros eran efectivamente salones de billar, otros cafeterías. En todos ellos las personas hablaban animadamente, me acerqué a algunos de esos grupos y hablaban desde tecnología hasta de una cosa que llamaban las preguntas fundamentales y que a mi me parecieron totalmente infantiles. ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué es el hombre? y cosas por el estilo.

Todas las personas tenían portátiles muy pequeños, apenas con el espacio suficiente para poder escribir en forma cómoda, eran muy hermosos, ultra-delgados, no se les veía ranuras para el CD-Rom, o el diskette, sólo puertos seriales universales. Las pantallas eran de formato amplio, pero pequeñas y de altísima calidad. Cada máquina parecía reflejar la personalidad de su dueño, por que cada uno era distinta, las de algunas muchachas eran rozadas, las de los roqueros eran negras y con los símbolos que los caracterizan. Algunas parecían naves especiales. Muchas tenían conectadas a los puertos dispositivos montados sobres tablas de prototipos y que tenían ese carácter que solo tiene los proyectos en desarrollo.

Al parecer todos estaba conectados por red inalámbrica y a su vez, a lo que parecía una Internet de altísima velocidad. Todos intercambiaban programas, diseños y escritos por la red. De pronto, vi a una persona mayor, con con vitalidad de joven y con cabello largo que se dirigía hacia mi sonriente.

- Tu debes ser Juan, soy tu tutor, me llamo Alex.

- Mucho gusto Ingeniero Alex.

- Si soy ingeniero, pero no me llames de esa forma, para ti simplemente soy Alex, tu tutor. Eso hace de esta una atmósfera relajada y que reconoce que no todos sabemos de todo.

- Antes de que se me olvide, toma - Y me entregó uno de esos portátiles que había estado admirando y una memoria portátil. - Aquí tienes tu máquina y en esta memoria tiene los instaladores del sistema operativo libre que usamos aquí, tu primera lección será instalarlo - y con una sonrisa de complicidad dijo - cómo eres estudiante de computación no se te entrega instalado el software.

- Pero ... - comencé a decir un poco azorado.

Me miró a los ojos y con una expresión de quién ha pasado por lo mismo - Si el portátil es tuyo, no tienes que devolverlo, es tu herramienta de estudio, creación, de comunicación y de formación de comunidad. Todo lo que necesitas o está ahí o puedes conseguirlo mediante él. Pero bueno, ¿qué esperas para comenzar? - me dijo con una expresión divertida.

- ¿Pero, que hago?

- Pues sientate donde quieras, siempre y cuando no interrumpas una clase, tu primer proyecto será dejar a punto tu máquina - me dijo, ahora si seriamente.

Yo pensaba en esos momento que cual clase interrumpiría, si todos parecían que estaban tertuliando.

- ¿Donde están los salones?

- No los hay, sólo tenemos salas de conferencias para cuando se hacen eventos, por lo demás lo que hay son ambientes educativos. Así que, sientate donde quieras. - se fue y me dejó solo ante todo eso y pensando.

- ¡No hay salones! Están locos. ¿Y dónde se hacen las clases? ¿Y cómo cree que voy a instalar mi máquina.? Bueno, no debe ser tan difícil, para empezar soy inteligente, en todas la universidades que había estado tenía los mejores promedios. Y además, he instalado la mayoría de los sistema operativos libres.

A las cuatro horas estaba dudando de mis supuesta inteligencia. Sólo había podido hacer que arrancara el instalador desde la memoria portátil y me aparecía un indicador en modo texto donde podía digitar muchos de los comandos de Unix, pero nada más. Cuando estaba a punto de botar el portátil por una ventana.

- Tienes que digitar ayuda - me dijo un muchacho unos pocos años mayor que yo y que había estado mirando por encima de mi hombro.

Yo digité el comando y comenzó a aparecer una especie de página web en un navegador en modo texto. La página me explicaba paso a paso cómo instalar el sistema operativo. Para hacerlo no había ninguna interfaz gráfica, ningún programa paso a paso con botones de Siguiente o Cancelar. ¡Todo era ordenes en la línea de comando! Y había muchos conceptos de sistemas operativos de los que no tenía ni idea. Desesperado acaricié mi portátil suavemente y me quedé mirando dos leds que parpadeaban a un ritmo constante, el letrero debajo de ellos decía Conexión Inalámbrica.

- ¿Será que esto está conectado a una red? ¿Y será que tengo acceso a Internet? ¿Pero cómo hago para saberlo?

Recordé en ese momento que la ayuda parecía ser una página WEB desplegada en un navegador en modo texto. Había oído decir que los super-hackers, como Stallman, usaban esos navegadores, pero siempre me había preguntado por que lo hacían en un tiempo en donde todo era gráfico. Intenté recordar cómo se llamaba uno de tales navegadores, pero nada. Ensayé el comando ayuda navegador, y se desplegó una página que me explicaba cómo usar el navegador texto, y como siempre en español y muy bien redactado. En unos pocos minutos aprendí como usarlo.

Decidí probar con la página del buscador universal, y si, tenía Internet. Cuando estaba anotando los términos que no sabia que eran, para buscarlos, me fijé que eran hiperenlaces ¿Cómo no había notado esto antes? Comencé a navegar por todos ellos. En unas horas había aprendido mucho más que en todos esos años en las universidades que había estado. Cuando estaba reflexionando sobre ello, sentí una mano en el hombro, era Alex.

- Bueno, bueno, ya es muy tarde y aún por aquí, te recomiendo que vayas a dormir, no es bueno exagerar.

Miré el reloj y ya eran varias horas después de la media noche. ¡Se me había pasado más de doce horas sin darme cuenta! Y aún no había instalado el portátil. Y mirando a mi alrededor esperando ver un desierto, aún había personas charlando animadamente en los diferentes ambientes.

- Si, así es a toda hora, a veces creo que hay personas que no duermen, por que cuando no están aquí van a sus casas a seguir trabajando conectadas a Internet, no se cómo hacen. Muchas veces me a tocado mandar a un estudiante a dormir cuando veo que ya se está cayendo de cansancio. Cómo en este caso. ¡A dormir!, es una orden de su tutor.

Era la primera vez que tenían que sacarme de una universidad porque estaba estudiando, casi siempre me iba temprano a casa para navegar por Internet y hacer cualquier cosa técnica que ojalá no tuviera que ver con las tareas. Y este no fue el caso, cuando intentaba dormir soñé que estaba instalando el sistema operativo y que por fin lo lograba. Casi no pude dormir esa noche. El canto de los pájaros me sorprendió repasando la multitud de nuevos conceptos que había aprendido.

Salí temprano a la universidad, lo cual también era particularmente raro, a las otras siempre llegaba tarde. Y no se por que no me sorprendió ver a Alex recibiéndome en la puerta con su característica sonrisa. Pareciera que nunca se hubiera ido de ahí.

- Bueno ya debes estar casi listo para instalar tu computador, pero si tienes algún problema hay una jornada de instalación esta noche, en la sala de los helechos. No se te olvide, seguro lo necesitarás.

- Me está subestimando - pensé para mis adentros.

Ese día trabajé en una de las cafeterías para que no se me olvidara comer. Adelanté mucho, pero en cierto momento la instalación fallaba siempre y no tenia ni idea del porque, intenté e intenté y nada. Decidí darme un descanso. Comencé a recorrer los diferentes ambientes. Encontré personas haciendo teatro, otras danzando, otras en cuentería.

- ¿Pero esto no es una universidad con énfasis en lo técnico? - pregunté para mi, pero en voz alta.

- Se nota que eres nuevo, para ser bueno en lo técnico también hay que ser creativo y ayuda mucho ejercer algún arte - me dijo el muchacho que me había ayudado ayer - Hola, me llamo Diego - me dijo extendiendo su mano.

- Hola, soy Juan - le dije un tanto tímidamente.

- Me gusta mucho conocerte Juan. Yo por ejemplo practico la cuentería, quédate un rato más para que oigas mis cuentos

Los cuentos de Diego eran cuentos de Geeks, basados en todos los lugares comunes de esa cultura, por ejemplo, Viaje a las Estrellas, La Guerra de la Galaxias y Matrix.

- ¿Han caído en cuenta que el código de La Matrix tiene que ser libre? - dijo en un momento dirigiéndose a la audiencia. Todos afirmaron vehementemente como cuando alguien les hace caer en cuenta de algo evidente - Claro, tiene que ser así por que como explicamos que Neo pudo verlo al final de la película.

Basado en ello desarrolló todo un cuento en el cual las máquinas se fusionaban con los hombres logrando una sociedad utópica.

Casi lloro de alegría, no solo por el cuento, sino que mirando a mi alrededor vi que muchos compartían y entendían lo que se decía. Sentí que podía hacerme amigo de cualquiera y que sobre todo, podría entenderme con ellos, hablar en el mismo idioma. Por fin había llegado a casa.

- Veo que te gustaron mis cuentos sobre y para Geeks. - Me dijo al terminar su presentación. En ese momento estaba pasando, como distraídamente, mi dedo bajo mis ojos para secar una lágrima furtiva.

- Si, siempre me han gustado mucho los cuenteros, pero no había conocido uno que me hablara tan directamente a mi. ¿Qué estudias?

- Yo estudio electrónica con algo de sistemas y artes dramáticas.

- ¿Cómo puede ser eso así? - Dije consternado.

- La idea en este sitio es que la genialidad no veinte sola, solo se da en la integralidad, por ello admiramos tanto a Leonardo.

- ¿Cuál Leonardo? - pregunté esperando que fuera algún profesor aventajado.

- Da Vinci, claro, el hombre ideal del renacimiento, deberías tomar historia del pensamiento con el profesor Hugo.

- Un momento, un momento, estudias Electrónica o Historia, o Literatura; no todo se puede hacer el mismo tiempo.

Si se puede, porque todo en últimas es lo mismo, es igual escribir un programa de computador que escribir un cuento.

- ¿La programación un arte? pero eso es lo que tu piensas, los profesores no deben compartir tu opinión - recodaba yo mi experiencia en las otras universidades.

- Al contrario, tu tutor, Alex, trabaja el concepto de Programación Literata de Knuth.

- ¿El famoso científico de la computación Donald Knuth, habla de programación como literatura, el que hizo el TeX, el de la enciclopédica de siete tomos sobre algoritmos?

- Claro, ¿no sabías? Alex tiene la teoría que en unos años el TeX será considerado el Quijote de la programación. Deberías ver la clase conjunta que imparte con la profesora de literatura, Clara, es como para ponerse a llorar, de lo buena, claro.

- Esto es de locos, no lo puedo creer, por fin alguien que piensa como yo.

- Todos aquí pensamos lo mismo, ¿es normal no? la programación tiene su parte técnica muy fuerte, pero es esencialmente arte. Una de las consecuencias del problema de la parada de la máquina de Turing es que la programación de computadores es una actividad esencialmente humana, como el arte.

En ese momento fue imposible retener esa lágrima que había estado luchando por salir hace rato.

- Creo que necesitas tomarte un chocolate instantáneo. Pero, ¿que se pasa? ¿por que lloras?

- ¡Por que no es un café, es un chocolate!- dije emocionado - Son muy distintas las personas que invitan a tomar un café a las que invitan a tomas un chocolate instantáneo.

- Claro, tienes razón ¿Me dejas usar eso para uno de mis cuentos Geek?. Creo que vamos a aprender mucho el uno del otro.

Pero no solamente el uno del otro. La conversación fue deliciosa, en especial porque se nos unieron otros jóvenes y dos profesores que querían compartir una charla inteligente, que, por lo que me dí cuenta era lo normal en ese sitio. Los profesores hablaban con los alumnos como si fueran sus iguales, aunque de vez en cuando zanjaban discusiones que parecían no llevar algún lado. También intervenían cuando el tema se estaba hiendo por otros lados. Finalmente la profesora Clara dio por terminada la tertulia. Y cuando estaba saliendo para buscar un lugar donde seguir la instalación de mi computador.

- Veo con gran placer que te inscribiste en mi clase de literatura y programación- Dijo el profesor Alex.

- ¿Cuál clase? Si no me he inscrito a ninguna clase, ni he estado en ninguna desde que llegué. Ahora estábamos en un tertulia sobre literatura y programación ...

- Exactamente esa era la clase y desde que llegaste has estado en varias clases, en la de instalación del sistema operativo, la de narración oral y ahora la de Clara. Diego, muy inteligentemente, te invitó al salón del chocolate que es donde se imparte la clase a esta hora. Por cierto, para complementar esta clase te recomiendo inscribirte en la clase del profesor Alejandro sobre el ensayo y en alguna de las literatura del profesor Alexander, alias Mateo.

Estaba en una clase y no me había dado cuenta, porque parecía más bien una tertulia al calor de unos chocolates instantáneos y dos capuchinos. Y cuando terminó me dí cuenta de dos cosas: que había aprendido un montón y que me habían dejado tarea. Pero quedé con ganas de volver a esa clase. Pero, seguía sin instalar mi computador.

Cuando estaba buscando un lugar tranquilo para seguir instalando mi computador encontré un ambiente lo más de extraño, parecía un castillo medieval, con gárgolas, armaduras, calabozos y hasta dragones. Pero más que un ambiente era como una colección de ellos. En uno de los calabozos había un grupo jugando, el director de juego vestía de negro, con gafas redondas al igual que su rostro. Era una de esas personas que caen bien a primera vista. Cuando entré él estaba de pie narrando.

- Se encuentran ahora en una especie de tumba rodeada por columnas, en el centro un ataúd de cristal, en donde hay una mujer muy hermosa con los brazos cruzados en el pecho - y mientras contaba hacía ademanes de lo que estaba describiendo - ¿Qué hacen ahora?

Varios de los jugadores comenzaron por turno a contar lo que estaban haciendo en la narración. Era un juego de rol, yo había oído hablar de ellos y siempre había querido jugarlos. En eso el director me vio.

- Bienvenido aventurero ¿Quieres ingresar a un mundo de magia y fantasía?

- Claro.

- Entonces empecemos por armar tu personaje.

Siempre me llamó la atención la magia así que decidí interpretar un mago túnica roja. El color de la túnica corresponde a que es un mago de la neutralidad, los del bien visten de blanco y los de mal de negro. Se juega en una especie de realidad virtual configurada narrativamente, o mejor dicho, definida por la imaginación. Estuve varias horas jugando hasta que Mateo, por que así se llamaban el director, apagó la vela que nos iluminaba dando fin al juego.

- ¿Qué te pareció la clase de Literatura Fantástica? - me preguntó con un interés sincero.

Muy buena, siempre había querido jugar rol. Pero, ¿esto era una clase?

- Claro ¿De que otras forma te imaginabas que podría ser una clase de Literatura Fantástica? Pero bueno, ya tienes tarea, hay que escribir tus aventuras en nuestro portal de rol, Intyale.

Y otra vez, sin darme cuenta, había asistido a clase y la había disfrutado.

- Que diferentes a esas otras universidades, donde todo es acartonado, o más bien, disecado y sin vida - pensaba yo.

Pero había pasado tanto tiempo que ya se estaba acabando el día, no había instalado mi computador y como ya era la hora de la jornada de instalación decidí ir. Cuando llegué esperaba encontrar un viejo profesor en un tablero, en cambio, estaba uno de los compañeros que habían estado tertuliando en la clase de literatura y programación. Con un videobeam explicaba paso a paso como hacerlo. Cada uno de nosotros lo seguía mientras explicaba y al mismo tiempo otros compañeros nos asistían cada vez que nos parábamos en alguna parte.

Impresionante, aprendí más en esa clase que en todo un semestre de sistemas operativos. Al final Fernando nos dijo:

- Recuerden que esta clase vale como parte de Sistemas Operativos y también deben asistir al taller que hay de configuración avanzada de su máquina, para aprender como personalizarla, también vale para la misma materia.

- Fernando, no sabia que eras profesor.

- No lo soy, pero cualquier compañero puede dictar una clase si se siente que tiene la suficiente experiencia en el tema, y la madurez para aguantar las críticas de tus compañeros y profesores. Y es que el tema de mi trabajo de grado tiene que ver con sistemas operativos.

- Eso quiere decir que ya estás terminado, pues ya estás en eso del trabajo de grado.

- Pues no, aquí se empieza el trabajo de grado desde que comienzas a estudiar. A propósito, ¿cuál es tu tema?

- No sabia que debería tener uno.

- No te preocupes, a todos nos pasa igual, más o menos en un año, después de haber cogido desordenadamente materias, comenzamos a definirnos. Pero no debes perder tu horizonte, aquí se evalúa por proyectos, por lo que es muy importante ir definiendo tu tema.

- Pero si ya tienes un proyecto de Sistemas Operativos ¿qué hacías en la clase de Literatura y programación?

- Por que precisamente ese es mi tema: estoy analizando las virtudes estéticas de los diferentes códigos de núcleo de los sistemas operativos libres.

- Pero ese trabajo no es de alguien que estudie computación, parece más bien de alguien de arte.

- Precisamente, yo no estudio computación, estudio literatura.

- ¡¿Qué?! ¿literatura?, pero si ...

- No te preocupes, también soy muy buen programador, pero claro, lo que me importa a mi no es lo técnico, sino lo estético.

- Ahora comprendo tus intervenciones en la clase de Literatura y Programación - dije mientras la cabeza me daba vueltas por tanta información cruzada.

Decidí irme a descansar pues ya no aguantaba más. Pero tampoco pude dormir bien por que soñé que Dalí se mezclaba con Knuth formando un surrealista personaje que hablaba de arte y tecnología como si fueran lo mismo. A veces, tenía la cara de Fernando que me hablaba de las virtudes estéticas del código del kernel de Linux. Otras, el personaje se transformaba en un Picasso mezclado con Turing que se ponía a pintar código en C como si fuera un cuadro cubista. Después apareció un Velásquez a lo Guido van Rossum vestido como de docientos años en el futuro que pintaba meninas con Python.

Me levanté sudando y todavía percibía, un poco dormido, la realidad como un cuadro de Miró hecho con instrucciones en ensamblador. Cuando pude volver a la realidad normal me puse a explorar mi nuevo computador.

Espectacular, tenia de todo, y si no estaba, Fernando nos había explicado las diez forma de instalar nuevos programas. Tomé las opción más de acuerdo con mi nueva universidad, instalé varios programas desde la línea de comando y desde Internet. Pues además, el portátil podía conectarse a la red desde cualquier parte. Una hermosa pieza de tecnología. Después me enteré que la máquina había sido el resultado de varios proyectos de grado y todo el diseño había quedado libre en el sitio Web del proyecto, que claro, era hospedado por la universidad.

Así que llegué después del medio día. Al entrar me invadió la molesta sensación de haberme perdido muchas cosas. Con la molestia en mente comencé a explorar. De pronto, me encontré con algo muy extraño, una clase que perecía normal. Un profesor, un poco bajo de estatura, explicaba la forma en como los agentes inteligentes podían mediar para así obtener un aprendizaje que tuviera en cuenta la continuidad de la experiencia. Había un profesor a mi lado que asentía cada vez el expositor nombraba autores de los que yo ni había oído hablar.

- Interesante como pudo unir las criaturas de Dennet con la continuidad de la experiencia, ¿no? - me decía rápidamente mientras asentía con su cabeza un poco calva, mirada intensa, con unos ojos que parecían tener luz propia. Después se me quedó mirando - Juan, no olvides que mi clase de introducción a la programación orientada a objetos es después de ésta del profesor Offray, te espero en el castillo de rol, se llama Capadocia, no faltes.

Cuando volví a mirar, los esquemas que utilizaba el profesor Offray se habían expandido de tal forma que yo ya estaba totalmente perdido. Y el profesor Alejandro me dijo:

- Los mapas mentales son un herramienta interesante, pero desde mi punto de vista los mapas conceptuales son más poderosos. ¿No te perece?

Yo ni sabia que existía tal diferencia, pero a mi me parecía que la forma de exponer del profesor Offray era muy original, aunque entendiera muy poco. Y junto con las intervenciones continuas del profesor Alejandro me produjeron un dolor de cabeza tal que me tocó salir a tomar un chocolate instantáneo. Al salir el profesor Alejandro me dijo:

- No lo olvides, Capadocia en menos de media hora.

Descansé un poco navegando en el salón del chocolate, mientras buscaba Capadocia que era una zona del Asia menor, que hoy por hoy es muy turística y que incluye a Petra, una ciudad hecha en un acantilado de piedra. ¿Qué tenía que ver una región del medio oriente con la programación orientada a objetos?

- Esta es la universidad es para locos - dije agarrándome la cabeza.

Cómo a mi me gustaba mucho la programación orientada a objetos me preparé para una clase típica de programación, con clases, objetos, atributos, mensajes y esas cosas. Me fui al castillo de rol. Al llegar a la sala de Capadocia me encontré con una sorpresa. El profesor Alejandro estaba dirigiendo un juego del rol, pero esta vez no en persona, sino en red. Era una realidad virtual en 3D en la cual cada jugador era un aprendiz de mago. Un universo llamado Folgor el cuál tenía una capital mágica llamada Capadocia, de ahí el nombre del juego. Ésta había desaparecido por las artes arcanas de un hechicero muy poderoso que odiaba la magia libre. El juego consistía en aprender la suficiente magia como para poder redescubrí Capadocia y rescatar la magia libre.

Esa tarde y parte de la noche me la pasé jugando a aprender a hacer conjuros mágicos con el lenguaje de la magia, que resultó ser un lenguaje de programación orientada a objetos. Por fin descubrí como el juego enseñaba a programar.

- La programación, como muchas de las cosas importantes de la vida, se aprende colaborativamente, eso es lo que justifica la existencia de este juego - decía vehementemente el profesor que casi despelucaba sus pocos pelos de la emoción, y continuaba - eso lo asegura Vigotsky con su zona de desarrollo próximo.

Otra vez se me escurrió una lágrima y me sentía como en casa. Así que al finalizar la sesión ya era capaz de hacer el conjuro de hola mundo y otro para cambiar las piedras de color. Esa noche también tuve un sueño intranquilo en el cual las criaturas gregorianas ayudaban a salvar a Capadocia de su feroz enemigo, que en mi sueño, cambiaba de cara permanentemente tomando la de muchas de los industriales del software privativo.

Amanecí exhausto, miré el correo electrónico, contesté algunos mensajes que se habían acumulado y me volví a dormir, esta vez si pude conciliar un sueño tranquilo. Ya más descansado me dirigí a la universidad. Pero apenas llegué me invadió esa sensación de haberme perdido algo. Me encontré con el profesor Alex.

- No has puesto tu aventura en el portal de Intyale.

- ¿Pero cómo hace todo el mundo para enterarse de todo? es más ¿cómo hacen para ponerse al día?

Muy fácil, todo está en la red, ¿No te has dado cuenta que los portátiles tienen dos cámaras, una tras de la tapa y otra que apunta directamente hacia ti? mediante ellas puede grabar las clases, unirlas a tus apuntes y en tu Blog compartir tu experiencia.

- ¿Qué es un Blog?

- Es una bitácora personal en la red en donde haces reflexión pública en clave autobiográfica. Todos tenemos uno y compartimos en ellos la información, además cada clase tiene su página como también los proyectos, las cuales, lógicamente, construimos en forma colaborativa, por ejemplo mediante wikis.

A estas alturas ya no me parecía raro, así que le pregunté como acceder a todo eso y claro, pasé el resto de la tarde explorando blogs para aprender como hacer el mio.

Por la noche me encontré con Fernando en un espacio lleno de libros, estaba hablando de como la autobiografía servía como instrumento de auto-meta-cognición, o dicho de otra forma, una forma de conocerse a uno mismo y citaba numerosos ejemplo sacados de los blogs de de la universidad. Saqué muchos apuntes en forma de mapas mentales como los vi hacer al profesor Offray, los que más tarde sería mi primera publicación en mi Blog y que me daría las claves para seguir escribiéndolo.

Al finalizar la semana estaba que no podía más, demasiada información , demasiadas nuevas tecnologías, demasiadas personas interesantes y demasiadas charlas de alto nivel. Así que, pasé el fin de semana desconectado mirando el canal de anime. Y cuando llegué el lunes me encontré con una clase de anime, sus dimensiones estéticas, su historia, facilitada por el profesor de arte Ramiro y ayudado por el profesor Alejandro, que explicaba sus influencias en la tecnología. Y dije una ve más:

- Estos están locos , y pensar que las otras universidades yo era el loco, aquí sólo soy el más cuerdo en un manicomio.

A mitad del semestre tuve que dejar de asistir a la mayoría de las clases a las que estaba inscrito, por que, o hacia eso, o iba a estallar. Sin embargo los profesores que se encontraban conmigo me hablaban como si siguiera asistiendo a sus clases.

- Lo que pasa es que aquí consideramos que uno nunca se retira, es por que todo está interconectado, todo contribuye a todo como en una red de infinitas interrelaciones - me decía emocionado mi tutor Alex - pero te entiendo, a todos nos pasa al principio, hay tanta información, tan interesante que si uno deja la universidad tan sólo unas horas, da la impresión de que se ha perdido de algo importante. No te preocupes toma sólo unas clases, después puedes retomar las otras el próximo año leyendo las memorias en Internet. Cada persona aprende a su ritmo, sólo es que encuentres el tuyo. Y también cada persona debe encontrar sus intereses, la universidad propicia un viaje de autodescubrimiento. Tranquilidad, aquí se viene a disfrutar.

Esto último fue el consejo que más me sirvió para poder absorber tanta información: decidí tomármelo con calma y disfrutarlo. Al año siguiente comencé a tomar clases más rudas como la de modelos matemáticos para la computación que era liderada por el profesor Andrés. Realmente parecía un taller de acertijos matemáticos de esos que uno encuentra en esos libros de divertimentos matemáticos. También tomé una clase de programación funcional que daban dos profesores: Alejandro, no el mismo de Capadocia y Vladimir. Pero claro, no dejé de jugar Capadocia en donde llegué a creador al descubrir el secreto constructivo del juego.

Al año siguiente publiqué muchas de mis aventuras en el juego de calabozos y dragones en forma de un libro que agrupaba varios cuentos cortos sobre mi personaje. Quién lo creyera, un informático escribiendo literatura. Y no fue lo único que publiqué, también una colección de ensayos que nacieron en la clase que dictaban conjuntamente el profesor Alejandro y Mateo. Es que la universidad cuenta, todavía hoy, con una editorial de literatura libre apoyada fuertemente en sus portales: el de literatura fantástica, Intyale, el de literatura en general Letras Libres y otros.

Y al siguiente, me inscribí en dos clases con el profesor Polkan, una sobre el kernel de Linux y otra sobre teoría de juegos. Fascinante, el profesor perecía un niño terrible que se la pasaba tomando del pelo a todos sus colegas en especial al profesor Alejandro, al que años atrás le había craqueado su portátil delante de una masiva audiencia en una semana Linux. Las dos clases eran altamente técnicas.

Para ese entonces ya tenía el tema de mi proyecto el cual desarrollé con toda la paciencia por que no deseaba dejar la universidad.

- Juan, llega una hora en que todo pichón se convierte en ave y debe estrenar sus alas saliendo del nido. Es hora de que termines tu proyecto para que salgas al mundo y lleves el mensaje que te hemos enseñado a otras personas - me decía Alex amablemente pero firme.

El tema de mi proyecto se convirtió en mi trabajo de investigación permanente y mucha otras universidades me llamaban para que fuera a desarrollarlo en ellas. Pero en todos esos años nunca olvidé mi alma mater, esa que me acogió cuando todo parecía perdido.

Dándole vueltas a la copa de vino para desprender sus aromas y frente a la chimenea observado mi premio Alan Turing, fruto del trabajo que inicié en la universidad, oyendo las charla inconexa de mis animados amigos que compartían mi triunfo, sonó el teléfono. Mi esposa contestó.

- Mi amor, es para ti, es Alex de la universidad.

- Cuanto tiempo, te felicito - hablaba con la misma voz de joven, enérgica - te llamo para ofrecerte un puesto en la universidad, ya estás preparado para volver y ser ahora profesor.

Y como siempre, con lágrimas en los ojos acepté inmediatamente.

En la universidad miraba a un joven que acababa de entrar y que se veía entre admirado y perdido al ver los diferentes ambientes.

- Hola Pedro, soy Juan, tu tutor y antes de que se me olvide este es tu portátil, si, es tuyo, para toda la vida ...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jaime,qué artículo tan interesante el de la Universidad Ideal.Soy profesora y aunque no entiendo los términos técnicos.Sí estoy de acuerdo totalmente con la metodología empleada ya que pienso que la clave para mejorar la educación,a todo nivel sobre todo primaria,Secundaría,y por supuesto la Universidad,sería "aprender haciendo".Esto conllevaría a un vuelco de 360 grados,en todo nuestro sistema Educativo.Qué importante que hayan docentes con tanta sensibildad.Felicitaciones

Anónimo dijo...

Excelente, la verdad tocó fondo en mi ser; que sensibilidad tan grande de este profesor, ojalá muchos pensaran lo mismo...Seguro que si así fuera, todo sería muy distinto.....Colaborarse, no tener clases magistrales, aprender a través de la lúdica y la pedagogía libre, expontánea, sin ataduras, horarios, interdisciplinarmente, que chévere....Que buena experiencia....Espero poder algún día crear una Universidad así...

Anónimo dijo...

Sin palabras, ojalá esta forma de aprendizaje se implementara no solo en la universidades, sino ademas en las escuelas y colegios.

Considero que es la forma perfecta, ordenada y diversificada de aprender. "Jugando aprendo", es una de las teorias mas acertadas que pueden existir, puesto que el juego incentiva el aprendizaje, deja a un lado la monotonía y el aburrimiento que se crean en la aulas de clase.

Felicito, al profesor Luis Alejandro Bernal, por este articulo tan particular y bueno.